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07/02/2020

El aporte de Morris Garages en la historia de “Le Mans ‘66”

Febrero 2020.- Historias sobre las rivalidades, récords y pasión del motorsport hay por montones y MG es parte de varias de ellas. Una de las últimas en llegar a la pantalla grande es “Le Mans ‘66”, también conocida como ‘Ford v Ferrari’, que fue nominada a Mejor Película. Aunque la película se enfoca en los esfuerzos de los protagonistas, Carroll Shelby y Ken Miles, en la vida real la marca Morris Garages fue parte de la inspiración de ambos personajes.

 

Ex piloto de pruebas de la Segunda Guerra Mundial, que en tiempos de paz se enfocó en el deporte motor, Carroll Shelby hizo su debut en mayo de 1952 al volante de un MG TC. El piloto y diseñador ganó su primera carrera con este modelo, ganándole a otras marcas inglesas. A pesar que luego se subió a máquinas más exóticas, fue MG quien plantó su deseo de triunfar en los circuitos. “Aún tenía mucho por aprender, pero sabía que tenía que ir rápido. El MG cambió mi vida, porque de ese momento en adelante, supe que quería estar relacionado con las carreras y los autos deportivos”, comentó Shelby en 2008.

 

En 1959, el norteamericano salió victorioso en Le Mans, pero poco tiempo después se vio en la obligación de retirarse debido a un problema cardíaco. Aunque su carrera en las pistas terminó, se abrió un nuevo capítulo en la vida de Shelby como constructor.

 

Una historia completamente diferente es la de Ken Miles. Nacido en las cercanías de Birmingham, corrió en moto en su juventud, a los 15 años fue aprendiz en la compañía Wolseley Motor, peleó en la Segunda Guerra (fue comandante de tanques y estuvo presente en el Desembarco de Normandía) y luego del conflicto mundial mostró un gran talento para las carreras de autos.

 

A principios de los años 50, Miles y su esposa fueron enviados a California, donde encontró trabajo como jefe de servicio de MG y comenzó a competir en el Sport Car Club de América. Eventualmente el inglés construyó su propio vehículo basado en el MG TD, con el que ganó su primera carrera, llamando la atención en la Costa Oeste. Aunque el auto era simple, fue justamente su simpleza lo que ayudó a mostrar el talento del piloto. Sin embargo, Miles no se durmió en los laureles, y se pudo a desarrollar su siguiente vehículo, una forma más avanzada del auto basado en MG, llamado “The Flying Shingle”. Era más rápido, pequeño y liviano y su éxito en Estados Unidos significó que Miles se encontrara como parte del equipo de MG que entró a Le Mans en 1955, compitiendo en el EX 182. El piloto, junto a su compañero John Lockett llevaron el auto hasta la 12º posición, siendo de los MG que quedaron más altos al final del encuentro. 

 

Desafortunadamente, la carrera de Le Mans de 1955 será recordada, no por el regreso de MG a la carrera luego de 20 años de ausencia, sino por el peor desastre en la historia del deporte motor, luego que 83 espectadores y el piloto francés, Pierre Levegh, fallecieran debido a un accidente.

 

Los eventos de 1955 llevaron a MG a desarmar su equipo y retirarse de las carreras, mientras que Miles regresaba a Estados Unidos. Esto sumado a una diferencia de opción con el director y gerente general de MG, John Thornley, separaron los caminos entre el inglés y la marca del octágono. Al año siguiente, Miles fue con el MG EX179 al Salar de Bonneville, donde logró 16 récords internacional en la Clase E (1.500 cc), incluyendo uno de 273 km/h por 26 kilómetros, y 228 km/h por 12 horas. Su última carrera con MG fue con The Flying Shingle en 1956.

 

A medida que otras alemanas comenzaron a mostrar su presencia en el motorsport, Miles fue avanzando, compitiendo para éstas, y corriendo en contra otro piloto ícono en la historia de MG, Phil Hill. Así, mientras la década del 50 llegaba a su fin, MG se enfocó en romper sus récords de velocidad (algo que se alejaba del interés de Miles), logrando batir su propia marca en 1959, con Phil Hill superando los 410 km/h arriba del MG EX 181.

 

Tanto Shelby como Miles, pasaron a la historia del automovilismo y a la pantalla grande, sin olvidar que su amor por las carreras partieron arriba de un de Morris Garages.

 

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